EL EDIFICIO
La premisa fue mantener la fachada histórica de la vivienda recuperando su valor y la identidad que le aporta al barrio. Se restauraron todos sus materiales originales como pisos de pinotea, mosaicos mármoles y vitraux. Desde la calle, en el lateral de la casona, una pérgola de arcadas cubiertas de vegetación, nos conduce hasta el jardín en el pulmón de la manzana, repleto de árboles y aislado de los ruidos de la ciudad. Allí emerge un espacio de bóvedas sucesivas, inspirado en la arcada original de la puerta de ingreso de la casona. Este espacio vidriado en todo su perímetro permite contemplar de manera envolvente a los árboles originales del terreno, y da la sensación de que los cielorrasos de madera curvos levitan en el jardín. El centro del espacio se encuentra atravesado perpendicularmente por una pileta sobre la cual la bóveda central se invierte respecto a las demás, dando origen de una cascada de agua que la convierte a toda la experiencia en algo único en la ciudad.
MEMORIA DE LOS AUTORES