EL EDIFICIO
Realizar un encargo para una Institución Social replantea el rol del arquitecto, ya que el cliente representa a un conjunto de personas que le otorgan un poder para que asegure servicios para la comunidad.
Flexibilidad, flexibilidad, flexibilidad
Cuando comenzó el proyecto sólo había una certeza: que cuando el edificio se terminara de construir, el programa ya habría cambiado. La institución estaba en proceso de crecimiento, y eso era un dato. Se decidió entonces, trabajar con un esquema estructural de planta libre hasta llegar a un sistema de pórticos entre medianeras con vigas de gran altura. Liberando el ancho de la planta, quedaba por resolver la profundidad del esquema, para lo que se desarrolló una estrategia de secuenciación de espacios desde lo público a lo privado. La calle. Primero el retiro con altura doble. Una vereda cubierta. Después la triple altura interior, adentro pero afuera. El hall, el vestíbulo, el área de atención, los patios y así hasta culminar en el área de trabajo administrativo. Y allí, en el lugar más oscuro de la planta… la escalera vidriada que vuelve a conectar los tres niveles y permite volver a empezar. Como un circuito fluído que recorre el edificio.
Y entonces vino la Pandemia…
Tres meses antes de la inauguración el mundo se detuvo por seis meses. Y cuando volvió a arrancar, ya nada era lo mismo. Paradójicamente, el edificio estaba preparado. Rápidamente los Consultorios se transformaron en Vacunatorios. El sector de Convenios en un Laboratorio y el Auditorio en un Gimnasio. Los plenos verticales se llenaron de conductos de ventilación y los cielorrasos se llenaron de cables de datos.
La estrategia proyectual del edificio había sido puesta a prueba con una situación inesperada. Y había respondido eficientemente. Eso es lo que lo hace verdaderamente sustentable.
La Fachada y el Entorno
El frente del edificio sintetizaba todas las preocupaciones del proyecto. Debía resolver la imagen de la Institución de un modo amigable con el entorno, responder al asoleamiento e integrarse con un edificio histórico como el Registro de la Propiedad Inmueble ubicado justo enfrente. Después de muchas alternativas, se decidió entonces trabajar con un plano de fachada “quebrado” que resolviera toda la problemática.
Hoy el edificio funciona como una discreta intervención dentro del barrio de Montserrat, buscando articular el casco histórico con la cercanía de una profunda cicatriz como es la av. 9 de Julio. El impacto de incorporar más de 3000 m2 de usos queda atenuado debido a la inclusión de actividades de cercanía como una Mutual, un Centro de Rehabilitación, Laboratorios, un Centro de Vacunación y un Auditorio.