EL EDIFICIO
Los jóvenes arquitectos argentinos Mateo Paiva y Esteban Erlich, con estudio propio en NYC y seis años de experiencia en el Estudio Rafael Viñoly, proyectaron un edificio de espacios modernos, altos, luminosos, con patios individuales. A diferencia de otras tendencias arquitectónicas que aprovechan al máximo la ocupación del suelo, este proyecto inmobiliario con reminiscencias de un legado cultural urbano aún muy presente en la zona, la casa-chorizo, se extiende hacia el corazón de la manzana con el desafío rector del respeto por el aire y los espacios verdes. Sus diferentes tipos de departamentos, semipisos, lofts y ateliers se conectan por un corredor verde que se prolonga en el espejo de agua de una pileta de natación en altura y un jardín común. Memoria del autor