EL EDIFICIO
Cuando nos encargaron el proyecto de un edificio de viviendas, con parking y un local comercial para gastronomía en la esquina de las calles Darwin y Loyola, frente a una antigua curtiembre del siglo pasado que fue refuncionalizada como lofts hace varias décadas, por las normas de construcción vigentes al momento de recibir la encomienda el factor de edificabilidad era un menor al doble de la superficie del terreno, lo cual nos llevó a pensar en plantear dos volúmenes unidos por un puente de circulación separados por una calle o patio interior, partido tomado justamente de la curtiembre a la que hacía referencia, un edificio que conocemos bastante porque muchos colegas, diseñadores, fotógrafos y creativos tienen sus estudios allí.
El nivel de precisión y detalle necesarios para fabricar un edificio en una planta industrial, traerlo desarmado y montarlo en cuatro etapas cada 45 días requiere de una coordinación proyectual, industrial, logística y material meticulosa y dedicada. Con anterioridad al montaje se realizó la excavación, submuración y fundación de las columnas a una profundidad de tres metros bajo cota de parcela para un subsuelo que contiene 11 cocheras accesibles por un monta vehículos hidráulico y salas técnicas para abastecimiento de agua presurizada, medidores eléctricos y tableros de servicios. La primera etapa de montaje incluyó la losa de viguetas premoldeadas sobre subsuelo, la segunda sobre planta baja, la tercera sobre primero y la cuarta sobre entrepisos entre las dobles alturas generadas por estos niveles. Para completar el armado de los entrepisos se realizó una capa de compresión de hormigón armado con malla electrosoldada de 8 mm y llameada mecánicamente con helicóptero, que conforma el pavimento definitivo de las unidades. Las paredes divisorias entre interiores y exteriores se elevaron a continuación con ladrillos de hormigón alveolar curado en autoclave terminados con revoque proyectable bicapa o tricapa.
Créditos memoria: ArchDaily