En la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Palermo en su limite con Colegiales. Un distrito residencial de mediana densidad, sin restricción de FOT y con altura máxima de 12,00 metros. Un lote de esquina atípico de forma triangular, producto de la traza diagonal de las vías del ferrocaril Mitre, bordeado lateralmente por el puente vehicular Ciudad de la Paz – Soler, con una arboleda tupida, robusta y añosa, de ejemplares con características particulares, a lo largo del borde de vía. Se proyectó un edificio de piano nobile en altura doble y tres plantas tipo de vivienda y estudios profesionales. El Proyecto se orienta al Noreste, y busca direccionar las vistas a la arboleda y al puente metálico. A través operaciones de patios y retiros se conforma una volumetría respetuosa de las pre existencias, tanto de arboles como vecinos. En la medianera contrafrente se aloja el núcleo circulatorio, que, mediante una operación de vacío de planta, se mancomuna con el patio lindante. Una pasarela metálica semitransparente, conecta dos halles de piso semicubiertos, y permite el ingreso de luz natural a la planta baja, a su vez, distribuye los accesos a las unidades mediante un paseo circulatorio que conecta los pisos verticalmente y se extiende a través de la planta baja hasta la vereda. La Planta Baja recuesta sobre la medianera izquierda una compacta área de servicios, dejando hacia el otro flanco el hall semicubiertos y unidades de usos profesionales íntimamente vinculadas con el entorno a través de áreas ajardinadas de uso exterior. El entorno y el paisaje verde como identidad de todos los espacios, dotan al proyecto de un carácter recóndito, a pesar de estar inmerso en la plena trama urbana de la ciudad. La fachada se compone de bandas horizontales corridas, de vidrio y mampostería, lo opaco y lo transparente. Una estructura de hormigón armado de vigas invertidas revestidas, conforman un muro doble con cámara de aire. Que, conjuntamente con una carpintería de aluminio con doble vidriado hermético, otorgan a las unidades, considerables prestaciones aislantes, tanto acústicas como térmicas. La ventana corrida optimiza la vinculación interior – exterior, y permite un contacto estrecho entre los ambientes y las copas de los árboles. La elección del mampuesto exterior, un ladrillo cementicio de color negro, con sus tonos, sus vibraciones y el propio envejecimiento del material le confieren a la obra, un carácter particular, que busca mimetizarse con el entorno ferroviario, típico de la construcción inglesa de ladrillo y estructura metálica, completando una pieza sensible en el tejido urbano. Primer premio categoría A-Vivienda Multifamiliar obra construida en el país.
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