EL EDIFICIO
El museo está planteado sobre un edificio existente de más de cien años, en un solar de 400 m2 y 20 metros de frente. Aquí se desarrollaban cuatro viviendas: dos en planta baja y dos en planta alta, que tomaban los primeros 10 metros de profundidad, liberando los 10 metros restantes para un jardín posterior.
El museo tenía como premisa, además de albergar las obras del artista argentino Alejandro Xul Solar, contar con un espacio para actividades culturales múltiples. El espacio central, con mayor altura y luz cenital, se puede transformar para conciertos, obras teatrales y diferentes exposiciones gracias a paneles móviles. Es aquí a donde convergen y balconean los diferentes usos que complementan el museo: administrativos, de circulación y expositivos.
Para lograr este espacio que convive y dialoga con la arquitectura preexistente, se conservó el volumen construido de las viviendas y su fachada. Las dos unidades de primer piso se mantienen intactas en su lógica espacial de recintos murarios y su relación con la calle, balcones y el acceso original que se da por la escalera del frente, es ahora un objeto más dentro del museo. La construcción sobre el jardín y la integración del espacio vaciado de las dos unidades de planta baja resultan en una planta única. Este espacio continuo con multiplicidad de elementos que remiten a la obra del artista, es capaz de ser percibido desde diferentes perspectivas y está materializado con estructura de hormigón a la vista, hierro, madera y muros blancos.