EL EDIFICIO
HISTORIA
El Paseo La Plaza es un centro cultural ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, en el que se realizan tanto funciones teatrales como diversos tipos de eventos, congresos y convenciones, además de contar con locales gastronómicos y comerciales.
Está ubicado en plena zona teatral de la Avenida Corrientes. El Paseo tiene cinco salas importantes: Pablo Picasso, Pablo Neruda, Alfonsina Storni, Julio Cortázar y Pablo Casals.
Fue inaugurado en 1989 sobre el predio del antiguo Mercado Nuevo Modelo. Desde ese entonces hasta la actualidad, fue mutando y re convirtiéndose, sumando más alternativas para el disfrute cultural.
La obra total engloba 23.000 m2 y su construcción se desarrolló entre los años 1982 y 1989 en un largo periodo de obra derivado de las dificultades económicas de la época.
Surge como un proyecto de Felipe Kompel, ingeniero, y fundador del Paseo.
La idea del Paseo nace como una mezcla de diversas influencias, desde los malls californianos hasta galerías comerciales en Miraflores, Lima. La esencia siempre fue la de un espacio abierto con una impronta verde central, un corte con el entorno del centro porteño.
Felipe y Zulema Kompel eligieron cada uno de los más de 150 árboles que se plantaron en el paseo. Esa combinación de árboles, plantas y sonido de pájaros, con propuestas artísticas gratuitas en sus primeros años a través del anfiteatro original en el centro mismo de su planta, dió pie a su percepción como un espacio público, municipal, a pesar de su característica de espacio privado desde su creación hasta el presente.
Su fisonomía de volúmenes de diversas formas y colores, su planta irregular con medios niveles, invitan a quien se acerca a “perderse” en su recorrido, generando en el visitante una experiencia única y singular.
MANDUCA
Después de la pandemia y con el objetivo de generar nuevas propuestas gastronómicas en la zona para cautivar al público que ya se acercaba al paseo y a los teatros cercanos se desarrolla el pasaje gastronómico Manduca con el estudio HMA. El interiorismo de los locales gastronómicos fue llevado a cabo por los estudios de cada local particular.
Era fundamental mantener el espacio al aire libre, lo verde, ese “oasis” dentro del cemento de microcentro para esa nueva identidad que representaba Manduca dentro del Paseo La Plaza. Promover la cocina como cultura, destacando la identidad porteña y poniendo en valor la zona.
Esta reforma atrajo un público nuevo y joven al paseo, en un consumo informal con predominancia de barras en locales pequeños y un espacio en la terraza para el uso compartido.
HMA Descriptivo reforma:
“Una identidad que debe mantener a «La Plaza» como protagonista y a «Manduca» como su mercado necesariamente integrado. Esta cuidada integración entre ambos mundos, se traduce en un elemento que definimos con el nombre de “cinta” y constituye la identidad del mercado. Es una plataforma de comunicación en sí misma y comunica un lenguaje contemporáneo, dinámico e integrado en toda la longitud de su desarrollo que, además, cuenta con una propuesta de vegetación sustentable. De esta forma, Manduca es también una plaza dentro del paseo.
La estrategia ha sido mantener la heterogeneidad de sus edificios en su aspecto tectónico y formal, pero hemos ejecutado una homogeneización de sus volúmenes implementando tonos oscuros, de manera que el edificio que define el nuevo uso, » el mercado» se diferencia, no sólo por sus tonos claros, sino también por su tectónica.
El edificio del “Paseo de la plaza” es muraría y densa, y el nuevo edificio que denominamos “cinta” es ligero y de chapa. Esta pieza se eleva del nivel del suelo, entre canteros vegetados, conteniendo 10 fachadas de locales comerciales diseñados como ventanas de los antiguos bares de la acera. Su mobiliario frente a las ventanas está resuelto a través del mismo lenguaje.
Con el mismo lenguaje de los porches, hemos definido zonas de uso común para los comensales del complejo, como si fuera una continuación natural del sistema constructivo.
Propusimos un pavimento blanco en las fachadas de los locales como si fueran sus propias aceras. A continuación, el color gris y después el negro, generan un degrade hacia una figura orgánica central que emula un arroyo y unifica las zonas verdes ajardinadas a lo largo del paseo. Su disposición diagonal une las zonas de uso común a ambos lados del mercado.
La estrategia sostenible ha sido reutilizar el antiguo edificio, demoliendo lo mínimo y necesario, teniendo en cuenta la Modularidad existente, respetando los mismos espacios de acceso a los antiguos locales comerciales, pero en este caso incorporando nuevas fachadas. El proyecto ha incorporado muchos metros cuadrados de vegetación en las cubiertas de todas las fachadas de los locales, añadiendo superficies vegetales al ya vegetado «Paseo la Plaza». Se incorporaron adoquines y suelo permeable para absorber el agua de lluvia y se respetaron los árboles originales del paseo durante su demolición.”