EL EDIFICIO
El Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires es un pequeño museo que plantea una amplia flexibilidad ante la posibilidad de albergar diferentes tipos de exposiciones.
El lote entre medianeras y de pequeñas dimensiones motivó algunas de las principales decisiones en la proyección del edificio. El núcleo de servicios y escalera de incendio están volcados contra una de las medianeras, liberando el resto de la planta para su utilización como salas de exposiciones.
La rampa sobre la medianera del fondo cumple un papel decisivo desde distintos puntos de vista. Por un lado, obliga a los visitantes a recorrer el edificio pausadamente. Al mismo tiempo, al tratarse de la pieza que conecta todos los niveles, permite reconocer la escala del museo en un primer vistazo. Por último, gracias a su iluminación cenital, se convierte en un foco de luz necesario para iluminar de forma indirecta a cada una de las salas en los distintos niveles.
La estructura del edificio de hormigón armado visto resuelve el hecho de que no hayan apoyos intermedios en las salas, permitiendo así plantas libres que muestran una mayor flexibilidad para el armado de las exposiciones.
El frente del edificio se resuelve a través de distintos retiros de las losas que, por un lado, generan una escala de acceso de doble altura, propia de un edificio público de carácter cultural y, por otro, una serie de vacíos entre los niveles que conectan espacialmente las salas de exposiciones. A su vez, permiten el ingreso de luz natural en los niveles de subsuelo.
En los niveles superiores, por encima del museo, se desarrollan plantas de oficinas con acceso propio y sin conexión interior con las salas de exposiciones.