EL EDIFICIO
Es el primero de los edificios modernos construidos a “la americana” de la ciudad. Fue proyectado en estilo racionalista para la Compañía Mercantil y Ganadera S.A., que fue beneficiada por un cambio de reglamentación a comienzos de los años treinta. Esto le permitió modificar la volumetría.
El edificio está conformado por dos volúmenes laterales y una torre central varios pisos más alta (de veintiún pisos y 88 metros) lo que le permitió adecuarse a los cambios que demandaba la nueva vida moderna en altura, ligada a conceptos de comodidad, eficiencia, estandarización y climatización.
Resulta interesante la resolución de la esquina donde la recova de Leandro N. Alem se adapta al dar la vuelta sobre la Av. Corrientes, generando en una serie de semicubiertos de acceso de menor profundidad pero en doble altura. El acceso principal del edificio se ubica en el semicubierto más profundo de esta configuración.
El particular diseño e iluminación del hall en doble altura y acceso lateral, provisto de materiales nobles importados -mármoles pulidos, acero inoxidable y maderas-, su estructura de hormigón armado, las fachadas revestidas en travertino, la batería de ascensores rápidos coordinados, la ausencia de elementos decorativos y la destacada ventana-mirador al río, son algunos de los rasgos distintivos de la obra.
Sobre su exterior de aristas rectas desprovisto de ornamentos sus proyectistas decían “que las ideas de comodidad y eficiencia priman sobre cualquier consideración de estilo o adorno, seguros de que, si se lograba una relación exacta entre el instrumento y su función, la conformidad estética vendría por añadidura”
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1 S/A, “Edificio COMEGA”, Revista de Arquitectura, N.º 151, Pág. 277.