EL EDIFICIO
Originalmente, funcionó como un hotel organizado en torno a un patio central. A lo largo de los años, experimentó diversas transformaciones, sirviendo primero como oficinas para la compañía de seguros Los Andes y, antes de ser abandonado, como una precaria pensión. En 2008, el edificio fue puesto en valor para funcionar como oficinas y galería de arte. Para esto, se debieron restaurar sus fachadas interiores y exteriores, recuperando el revestimiento símil Piedra París. También se reconstruyeron los pisos de madera y se retiraron las carpinterías de madera para su acondicionamiento. Además, fueron recuperados los vitrales y las herrerías de estilo art nouveau.
Para su refuncionalización, se incorporaron materiales contemporáneos que contrastan con la antigua construcción, diferenciando los elementos originales de los añadidos en la actualidad. Una de las intervenciones más llamativas fue el uso de entrepisos vidriados transitables que amplían los metros cuadrados de salas de exposición y de terraza y, al mismo tiempo, permiten que la luz cenital ingrese hasta la sala de exposiciones inferior. La cubierta ahora ofrece un espacio que funciona como mirador hacia la Av. de Mayo y sus célebres cúpulas.