EL EDIFICIO
Se trata de un hotel de diez pisos más un sótano de servicio y áreas comunes en su nivel superior.
La planta baja, donde se ubica la recepción y el restaurante, se expande hacia un patio inglés que le aporta iluminación natural al subsuelo.
Este edificio destaca principalmente por el tratamiento del nivel de acceso: desarrollado en doble altura, el espacio mantiene una continuidad espacial y material respecto del patio trasero, incorporando las medianeras preexistentes a su diseño, también en los dos niveles.
Las columnas fueron insertadas en el espesor de los muros medianeros y se dejaron expuestas, al mismo tiempo que se sustrajeron los revoques para exhibir, de este modo, la textura de los muros preexistentes de ladrillo.
En este proyecto, el estudio plantea una investigación tecnológica y material que busca reemplazar el sistema tradicional de encofrados, reemplazándolos por un sistema alternativo. El mismo fue desarrollado en consecuencia con un sistema mixto que incorpora exoesqueletos metálicos, piezas y paneles prefabricados in situ, combinados con hormigón armado. El sistema cumple varias funciones: aumentar la esbeltez de los elementos constructivos, reducir el uso de encofrados (que son antieconómicos y producen un gran desperdicio de material) y aportar, finalmente, una estética identitaria a los espacios principales del edificio. Además, este sistema adopta el uso de perfiles de chapa plegada, considerablemente más livianos que los perfiles laminados utilizados habitualmente, que permiten evitar el uso de una grúa para el montaje.
La fachada, orientada hacia el oeste, presenta un sistema de parasoles de chapa que atenúan la incidencia del sol en las habitaciones que dan hacia la calle.