La capilla debía expresarse con una imagen simbólica propia del culto y en consecuencia poseer una inconfundible identidad volumétrica. La propuesta tiene su expresión formal hacia el espacio entre edificios 9 y 10 (interdock), aspirando a que este último funcione como atrio de la Capilla. Para el logro de las premisas anteriormente mencionadas, se ha "abrazado a la Capilla" siguiendo los lineamientos volumétricos del edificio original, capitalizando a la vez la posibilidad que la normativa otorga para flexibilizar el volumen en las fachadas norte y sur de los docks. Tres lucernarios escondidos por pliegues que conforman el espacio de la nave central, permiten el ingreso de la luz, sin que esta distraiga la atención de los feligreses. Los dos lucernarios laterales acompañan a los deambulatorios, marcando su direccionalidad hacia el altar, espacio central del rito. Una tercera apertura moldea el retablo a través de un plano de luz que se va desmaterializando en sentido ascendente. La síntesis en la elección de los materiales y el abandono del ornamento, proponen un espacio austero, que refuerza la espiritualidad que le confiere la luz. Memoria del Autor, fragmento.
ESTE EDIFICIO NO REQUIERE INSCRIPCIÓN PREVIA.
Deberás presentarte dentro de la franja horaria indicada y con debida anticipación al horario de cierre para garantizar el ingreso. Deberás presentar tu DNI. La última visita inicia media hora antes del cierre indiciado.