La Bencich firma levantó alrededor de una veintena de edificios de valor patrimonial en distintos puntos de la ciudad, algunos poco conocidos. Uno de ellos está situado en Tucumán y Esmeralda. Es un tesoro opacado por construcciones aledañas y marquesinas. Vale la pena pararse en la esquina de enfrente, observar su estilo ecléctico e ingresar a través de su lujoso hall imperio para remontarse a la pujante Buenos Aires de principios de siglo pasado.El edificio tiene más de 16.000 metros cuadrados construidos, de los cuales 11.000 corresponden a 204 unidades funcionales, mitad viviendas y mitad oficinas. Unos 5500 metros cuadrados son espacios comunes. Los departamentos tienen diferentes tamaños: fueron pensados para familias de variado poder adquisitivo. Los pequeños eran el “hotel temporario” de chacareros y estancieros del interior, y los de mayor superficie sirvieron de residencia a familias inmigrantes. El primer cuerpo del edificio, con entrada por Tucumán, tiene 10 pisos más azotea y los otros dos presentan 16 pisos y una terraza en el 17. En su momento, fue uno de los rascacielos porteños más altos. Al subir a la terraza por alguno de los ascensores de época llama la atención la impronta marroquí del último piso. Esto se debe a que Le Monnier, que vivió durante 30 años en Buenos Aires, en 1926 viajó con su esposa a Argelia y a Marruecos, donde logró la inspiración para darle ese estilo a las dos torretas.
ESTE EDIFICIO NO REQUIERE INSCRIPCIÓN PREVIA.
Deberás presentarte dentro de la franja horaria indicada y con debida anticipación al horario de cierre para garantizar el ingreso. Deberás presentar tu DNI. La última visita inicia media hora antes del cierre indiciado.